Ambivalente
Despertar de nuevo así tiene un no sé qué de esos que no se explican. Hay una pequeña duda merodeando en el cuarto, tan pequeña que es imperceptible pero es sólo nuestra y la sabemos concreta. Resultado de mi recurrente estupidez, de mi ambivalencia y mi porquería mental. Ahora me aceptas de nuevo sin razonar tanto, a pesar de que mi recurrente estupidez fue vomitada con argumentos supuestamente razonados y racionales. Ahora me recuerdo yo vomitando todo aquello y soy incrédula de mí misma. No hay razón alguna que pueda explicar lo acontecido, aunque vuelva a los argumentos antes desplegados en el campo de batalla. Mis armas contra tus flores.
En la distancia del tiempo todo se distorsiona. Alguna memoria queda, de la selección de las memorias que uno tiende a hacer, sólo para beneficio propio. Agradezco no recordar, en este caso, mucho de lo vomitado. Ya el karma de la culpa que carga uno, como te decía: como la muleta que por soporte lleva un puñal, ya es suficiente. Aunque a veces creo que no. Pero te vuelvo a ver y me destruye tu verbo. Tus flores.
En la distancia del tiempo todo se distorsiona. Alguna memoria queda, de la selección de las memorias que uno tiende a hacer, sólo para beneficio propio. Agradezco no recordar, en este caso, mucho de lo vomitado. Ya el karma de la culpa que carga uno, como te decía: como la muleta que por soporte lleva un puñal, ya es suficiente. Aunque a veces creo que no. Pero te vuelvo a ver y me destruye tu verbo. Tus flores.
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