Mercurio y los bichos.
No siendo suficiente un día de mierda y cualquier variación de maltratos verbales, la psique juega con uno y termina por darte un puñetazo en el estómago con un sueño que te deja una sensación nauseabunda en la garganta. Saborcito ácido del vómito que te produce más vómito: "Una imagen de mucosas enrojecidas con úlceras y vejigas que están a punto de estallar, justo debajo del labio, en la encía superior. Y los dedos con uñas cortas, se acercan, los dos índices a estallar la vejiga. Cuando de repente, en vez de salir el chorro esperado de pus verdeamarillento, sale una pequeña cabeza. La reacción de terror, el miedo, los gritos, dignos de El Resplandor. Sin embargo, la curiosidad puede más y hurgando en la vejiga pellizco la cabeza y hago un poco de fuerza. Sale de la vejiga el primer bicho. Una larva blanca parecida a un gusano de mezcal. Presiono la vejiga y sale otra y luego otra y otra más. Al menos quince de esos bichos salen de una burbuja de saliva en la encía. Luego me miro al espejo y todo está bien." Despierto. Hago mi día normal, con una sensación extraña pero sin recordar aún la noche de anoche. Hasta que sucede. Recuerdo y relaciono. Es una metáfora para el cáncer que ya saqué de mí. Mercurio ya no está retrógado, o algo así.
Good for you!! Hay que celebrar...lo sabes...te amo!